05 Dec
05Dec

Texto: Romanos 10: 12~15 

Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?  ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!  

 Rhema: anunciar la paz, las buenas nuevas! 

Reflexión:   

  Cuando nos damos cuenta la realidad del sacrificio de Jesucristo en la cruz, y comprendemos la gran decisión de Dios mismo despojarse de todo por amor a su pueblo, en aquel bello texto que dice, porque de tal manera amo Dios al mundo que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en El creyere no se pierda más tenga vida eterna, hace que nuestro corazón arda de amor por Dios y queremos que todo los sepan, y avivamos ese fuego de gratitud y amor por El, y nos expresamos como verdaderos creyentes agradecidos, pero con el paso del tiempo aprendemos que existirán barreras que nos impidan hacerlo de manera correcta y adecuada. La pregunta sería; ¿Podemos amar a Dios y no seguir sus mandamientos? ¿o Podríamos decir amar a Dios, pero sin guardar sus estatutos en nuestro corazón?  Inclusive, ¿podríamos decir que amamos con nuestro corazón a Dios, pero en una singular y despiadada manera expresamos claro  egoísmo de esconder las buenas nuevas a todos por quienes Jesús pago sus culpas también en la cruz, las buenas noticias deberían conocerse por todos los medios, pero a veces nos llama más la atención saber las cosas que no son buenas para nuestra salud espiritual, y nos llenamos de basura que contamina el corazón y esa es la realidad del porque no llevamos el evangelio a los demás, es porque no lo tenemos tampoco en el corazón, intercambiamos el contenido en nuestra vida.    

  Motivación

Tal vez valga la pena preguntarnos, que es lo que hay en nuestro corazón, el salmista lo expresa de una manera, donde se declara incompetente para analizarse por sí mismo y es que debemos reconocer que no podemos esconder nada delante de Dios, y lo expresa de esta manera “Examíname, oh, Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno”. Antes de actuar de cualquier manera considero que deberíamos hacer el mismo recorrido de presentarnos de corazón ante Dios y decirle que nos enseñe, nos guie y nos respalde con su Santo Espíritu, solo así cambiaremos nuestras conductas y así reflejaríamos en testimonio la verdad del amor de Dios para los demás, entonces esto haría más fácil declarar con nuestros labios las grandezas y amor de Dios para todos, será  fácil compartirlo con los amigos, o vecinos personas que jamás hayamos visto en otra parte y cuando menos lo pensemos estaremos compartiendo el evangelio hasta lo ulmo de la tierra.  

 Aplicación

El primer paso para seguir es reconocer que no tenemos la capacidad de autoanalizarnos ya que nuestras conductas están regidas por diferentes líneas de movimiento en nuestra mente, es decir, actuamos por efecto de emociones, es fácil desviarnos en diferentes corrientes de pensamiento, somos vulnerables para integrar convicciones personales, pensamos y actuamos como otros, muchas veces sin darnos cuenta.

 El segundo paso es requerir la convicción de parte de Dios de todo aquello que necesita ser diferente y someterlo a su voluntad, esto nos llevará actuar diferente y a someter las condiciones exuberantes de carácter que deben ser sometidas.

 El tercer paso es permanecer en comunión con Dios, aquí ya no sabría que decirte, solo que así me doy cuenta cual es el plan de Dios para mí ya que lo vivo de manera cercana y busco sentirme pleno en su presencia y mi corazón me dicta la aprobación de Dios a mi vida, me acerco confiadamente al trono de su gracia cada mañana y declaro mi amor por El y lo comparto con los demás.  

  ¡! Compartamos su palabra!!

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