Texto: 2 Corintios 1 :3~7
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que, así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.
Rhema: Consuelo en las tribulaciones
Reflexión:
La experiencia de enfrentar diversos aspectos que nos agobian, de alguna manera también nos brindan madurez y experiencia, en distintas etapas de la vida podemos experimentar diferentes eventos que nos dan conocimiento y adaptabilidad, en muchos de ellos hay repetibilidad de patrones, es por ello, por lo que nos suceden las mismas cosas después de haber pasado un problema. En la vida debemos y tenemos que resolver muchas cosas, algunas de ellas son de sobrevivencias, otras tienen que ver con el crecimiento y responsabilidad adquirida y otras al enfrentar una circunstancia fuera de control, y muchas de estas causan extrema preocupación y estrés, que podemos olvidar si existe alguna razón de ello, tal vez podemos perder la oportunidad de conocer el consuelo que Dios nos brinda y es que no solo es una aceptación si no un involucramiento al verdadero plan de vida que Dios tiene para nosotros.
Motivación:
Pablo hace una referencia especial sobre vivir la tribulación esperanzado en el consuelo del Señor, y dice; Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, es decir, innumerables veces y diferentes formas y variables en dificultad, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación. La tribulación puede traer carga a nuestras vidas, puede acarrear desespero, puede afectar nuestras emociones y sentimientos, incluso puede atentar contra nuestra fe, puede parecer imposible la respuesta esperada, o parecer eterno el momento de la aflicción, pero en el momento preciso que dejamos que el señor actúe de manera sincera, recibimos respuesta inmediata, solo su presencia nos da paz, y el consuelo es inexplicable.
Aplicación:
Busquemos la experiencia que brinde la facilidad de poder trascender a las demás generaciones que atravesaran por estas tribulaciones, que, aunque la situación parezca insolvente, aunque parezca imposible de resolver, aunque parezca sin respuesta alguna, en Cristo encontraremos la salvación solo por su gracia, tendremos la respuesta que tal vez nunca pensamos que podríamos experimentar, la mejor oportunidad de pasar al siguiente nivel donde podemos ver de frente en medio de la tribulación y seguir adelante en medio de la carga y ser cristianos experimentados en el consuelo de Dios. Busquemos pues ser compañeros en las aflicciones, también ser empáticos en la consolación, que en algún momento de nuestras vidas, así como en la de nuestros hermanos, tendremos esperanza, solo debemos esperar en todo momento tener la respuesta de Dios en medio de cualquier problema que enfrentemos, solo así fortaleceremos los lazos fraternos y seremos más conducentes a quienes lo inicien a temprana edad.
¡!Busquemos la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento!!