Texto: Colosenses 2:8 ~15
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Rhema: Nos dio vida juntamente con El
Reflexión:
Haber sido perdonados, y que la gracia de Dios permanezca en nosotros, no nos excluye de cometer errores, muchos de ellos viven en nosotros como si fuera un estilo de vida propiamente construida, en muchos de los casos es tan tangible que nos permite pensar que es correcta esta manera de vivir, de esta misma forma somo conductos específicos de introducción de faltas en nuestro círculo familiar y no solo eso si no en nuestro circulo de hermandad dentro de la congregación también, esto hace que la suma de todas las actitudes erróneas empiecen a constituir la nueva forma de vida de las generaciones siguientes, por eso es fácil ver a jóvenes y adolescentes que no asisten con regularidad a la iglesia, que no oran en casa, que no se alimentan de la palabra, porque se les ha enseñado que así es el estilo de vida normal, y es que así vivimos realmente, la sociedad se deteriora y ellos así mismos también eliminando la posibilidad de que conozcan el verdadero beneficio de seguir a Jesús como el único camino para legar al Padre.
Debemos cambiar el rumbo haciendo y forzando un estilo distinto que haga notar todas las características del deber ser, apoyados en la palabra y buscando siempre esa aprobación de Dios en nuestros actos, estamos tan enfocados en vivir bien que desgastamos todas nuestras fuerzas en aquello que tanto deseamos, sin considerar los planes de Dios, no lo consultamos, ni lo tomamos en cuenta, de manera que terminamos agotados y el tiempo se nos viene encima de manera que los años parecen meses y lo meses días.
Cada día que pasa vamos sumando todos esos errores que en algún momento los reflexionamos y nos damos cuenta de que no hemos trascendido correctamente en todo para nuestras siguientes generaciones y empieza una verdadera preocupación por todos ellos y ahora desgastamos el tiempo buscando la corrección de todo aquello que no hicimos bien, y deseamos que Dios cambie la cosas.
Motivación:
El Apóstol Pablo hace una mención específica al inicio de su carta, y les dice con todo su corazón y con una gran preocupación que Miren que nadie los engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, esto no es otra cosa que la versión contraria de seguir los mandamientos de Dios en nuestras vidas y esto es lo que ignoramos o no respetamos, esto es lo que hacemos de manera contraria y que lo potenciamos de manera exponencial en nuestras generaciones a través de nuestros hijos, en muchas ocasiones nos convertimos en esos seres externos que aun conociendo la palabra olvidamos el trayecto pecaminoso y que fuimos bautizados y resucitados juntamente con El.
Dejar de escribir en nuestro diario de vida, todas esas faltas que siguen vigentes y que no son parte del plan de Dios en nuestras vidas es una decisión importante, significa detenerse en el avance diario, examinarse bajo los estándares de Dios y buscar la adecuación a través de sus manos que nos forman como ese barro en manos del alfarero, puede ser doloroso, pero al final la recompensa la podremos palpar.
Aplicación:
Voltear nuestro rostro hacia Dios nos convierte en un ser que reconoce y necesita de Él, no solo para vivir adecuada y formalmente, si no para tener éxito en sus caminos, no significa que alcancemos metas personales y deseos terrenales, pero sí que veamos la felicidad desde el ángulo que Dios nos quiere mostrar, tener esas experiencia de estar en su presencia nos cambia, nos redarguye, nos motiva, nos enseña y nos da paz, amor, y mucho gozo, desde ahí se empieza a construir un camino dependiente de su mano, y todos esos errores que escribimos en nuestra diario vivir, los toma, los perdona, anula el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, la quita de en medio y la clavándola en la cruz.