13 Dec
13Dec

Texto: 1 Corintios 2 :10~16  

Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.  Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.  En cambio, el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.  Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

 Rhema: Teniendo la mente de Cristo 

Reflexión:     

  Hay dos cosas muy importantes que debemos comprender, una de ellas tiene que ver con todo aquello que puede ser observable y tangible donde podemos aplicar la lógica y la razón, esto es lo que comúnmente mueve al ser humano, respondemos a lo que consideramos que es evidente y planeamos según las circunstancia ponderables a nuestro criterio, la otra es un mundo contrario intangible imposible de percibir fácilmente, curiosamente no creemos mucho en el pero habita en nosotros, una pequeña parte de nosotros nos hace reconocerlo al momento de ejercer una introspección y nuestra mente nos ayuda a llevar los sentimiento que también son intangibles hasta lo profundo de sus raíces, esto es lo que sabemos de nosotros y que en ocasiones no compartimos, pero hay algo más profundo que esto y es el poder de Dios de escudriñarnos hasta lo que no sabemos que podemos o somos capaces de hacer. Saber distinguir algo que corresponde a lo carnal y a lo espiritual es un nivel que solo puede ser aplicado cuando tenemos la mente de Cristo.      

Motivación:          

 La búsqueda continua de su presencia es un paso importante que ejerce un poder en automático, esto es conectar nuestro espíritu al de Dios, mediante la oración constante y lectura continua de su palabra es que podemos encontrar este camino, es tan poco procurado este recorrido, predominando el deseo de cubrir todas aquellas cosas que satisfacen los deseos de la carne, es por ello que la carne y el espíritu no coinciden, buscar la presencia de Dios procurando que nos llene y cubra la mayor parte de nuestros pensamientos ayuda a erradicar todas aquellos deseos que no son de beneficio y nos alejan de la misma presencia de Dios, el apóstol Pablo hace referencia  argumentando que el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, la única manera de comprenderlas es de una manera espiritual.  

Aplicación

    Tener la mente de Cristo es:  compartir el plan, el propósito y la perspectiva de Cristo para el mundo, significa comprender el plan de Dios para el mundo, por que de tal manera nos amó que dio a su único hijo para salvación de todo aquel que en el crea y así mismo compartirlo, tener la mente de Cristo es renunciar a nuestra propia sabiduría y no actuar bajo nuestra propia opinión, tener la mente de Cristo es manejarse en fe dentro de la voluntad de Dios sin importar si la comprendemos o no, tener la mente de Cristo es rendirnos en absoluto a lo que pensamos que son atributos personales y no vivir nosotros por nuestras propias metas si no dejar que el viva en nosotros.      Tener la mente de Cristo es dejar que su espíritu nos guie y nos ayude a comprender las cosas que vienen de Dios, entonces sabremos que cualquier cosa que parezca locura tiene lógica en las manos de aquel que todo lo puede, en las manos de Nuestro Dios Omnipotente, glorioso y lleno de amor para todos con una montaña de planes de bien pero que solo pueden ser comprensibles introduciéndonos a tener la mente de Cristo.         

   ¡!Busquemos tener la mente de Cristo!!

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